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NOTICIA

HAZAÑA EN EL ESTRECHO DE MAGALLANES

Noticia del 30/01/2001 - Diario de Noticias

Carlos Peña logró cruzar a nado el paso de Magallanes, los fuertes vientos obligaron a modificar su trayecto en las gélidas aguas chilenas.

Carlos Peña González de Uriarte, de 35 años, regresó el pasado domingo a Lodosa desde la Antártida chilena hasta donde se trasladó para intentar cruzar a nado el Estrecho de Magallanes. Una auténtica aventura deportiva que sumar a su extenso currículo de hazañas. Llegó a su casa con el objetivo final cumplido, aunque con una sensación agridulce, ya que la adversa climatología que le tocó vivir le obligó a modificar su trayecto.

Su fin era nadar a espalda los 40 kilómetros que separan Punta Arenas de Porvenir, siendo así el primer hombre en conseguirlo, al igual que en intentarlo. Sin embargo, los fuertes vientos, de más de 150 kilómetros por hora, y la intoxicación de los gases del motor de la Armada chilena le obligaron a abandonar su hazaña cuando ya había recorrido cuatro horas y media, aproximadamente, de lucha a brazo partido contra los elementos.

Fue el pasado 17 de enero, a las siete de la mañana, cuando inició su travesía desde el puerto de Punta Arenas. Una embarcación de la Armada chilena y una lancha zodiac, en la que viajaba su masajista y amigo Jesús Remírez, le acompañaban en su particular periplo. “La zodiac, debido a los fuertes vientos, tenía que estar en constante movimiento, no podía estar en ralentí, por lo que estaba todo el tiempo dando vueltas a mi alrededor. Esto hizo que respirar continuamente los gases de los motores de dicha embarcación, lo que me obligó a retirarme, a causa de una intoxicación”, explicó Peña, quien aseguró que la fuerza del viento era increíble.

Vientos de 150 kilómetros

Sin embargo, el nadador no quería abandonar su reto, por lo que consultó los partes meteorológicos con el fin de volver a intentarlo. “Y no sólo tienes que tener en cuenta el tiempo, sino también a la Armada y autoridades del país en el que te encuentres, ya que tienes que tener su permiso y su compañía durante el trayecto”, dijo Peña. Finalmente, con las predicciones de vientos de más de 150 kilómetros por hora, este aventurero se vio obligado a abandonar su objetivo.

“Pensé que tanto tiempo de entrenamientos y de trabajo realizado para esta travesía no podía echarse por la boda”, confesó Peña, quien el pasado 26 de enero intentó cruzar con éxito el citado estrecho desde otro lugar diferente, desde Punta Delgada hasta la provincia de Tierra del Fuego, una zona con corrientes de ocho nudos, lo que equivale a 15 kilómetros por hora, aproximadamente.

Los cinco kilómetros que separaban ambos lugares Peña los recorrió en solitario, ya que consideró ésta su última oportunidad, pues debía regresar a España. “Además lo hice en secreto, pues debía pedir permiso a la armada y no disponía de tiempo para esperar su aprobación” dijo el nadador, quien tuvo que luchar contra grandes corrientes de agua: “Me vi obligado a nadar cortando la corriente, ya que, de lo contrario, el agua me hubiera arrastrado hasta la Bahía de San Felipe”, comenta.

En Solitario

Sin embargo, antes de realizar esta hazaña, Peña y su compañero Jesús, tuvieron que recorrer varios kilómetros desde Punta Arenas hasta Punta Delgada. “Nos trasladamos en un bus que se dirigía hasta Ríos Gallegos. Nos dejó a 16 kilómetros del lugar en el que quería comenzar mi reto, hasta donde tuvimos que llegar haciendo auto stop”, explico Peña, quien confesó que anduvieron durante seis kilómetros, hasta que un todo terreno les recogió.

Una hora y trece minutos fue el tiempo que el nadador tardó en realizar esta nueva hazaña. En la otra orilla, en Tierra de Fuego le esperaba impaciente Remírez, pues su amigo no contaba con ayuda de ningún tipo si sufriera algún problema. “Era consciente de que era peligroso, pero no quería volverme sin hacer nada”, dijo Peña. Y es que, ese mismo trayecto lo ha realizado una única persona, el chileno conocido como el Tiburón Contreras.

El pasado domingo por la noche, cuando el lodosano regresó a su casa, se mostró satisfecho con lo conseguido, aunque reconoció que fue muy duro, ya que tuvo que soportar aguas de cero grados centígrados durante sus entrenamientos en el Glaciar Grey. “La imagen que ofrece es espectacular. Se puede contemplar grandes derrumbes de hielos que al caer provocan enormes olas arrojando témpanos a las orillas”, explicaba Carlos Peña, quien se mostró igualmente, orgulloso del trato recibido por parte de los chilenos que les acogieron y ayudaron. Una nueva hazaña para añadir al historial.

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